Radiestesia – Radiestesistas

Por Ximena López
Empecemos con la definición de Radiestesia para comprender que es ser un Radiestesista: «El arte de sentir las radiaciones», «Sensibilidad a las radiaciones». Nosotros, los seres humanos nos hemos divorciado tanto de la naturaleza que ya percibimos muy poco sus radiaciones y las sensaciones que éstas producen.
Nuestros antepasados no estaban divorciados de la naturaleza y poseían una gran sensibilidad. Con el tiempo perdimos esa comunión única y asombrosa, pues era una manera de reaccionar y sentirse vivos.
Cuando nosotros practicamos la radiestesia entramos en resonancia con el cosmos y la energía universal, que posibilita el movimiento, la permanencia y la transmutación de todo lo que existe. La ENERGÍA sostiene esto que llamamos materia. Ser radiestesista es tener conciencia de que cada vez que nuestro péndulo se pone en movimiento nos conectamos con el todo del que formamos parte, reforzando así nuestra identidad más profunda y por consiguiente nos volvemos cada mas armónicos y saludables con la armonía y la salud que están naturalmente en el universo.
Por lo tanto el Radiestesista es un radiorreceptor que capta las ondas emitidas y al mismo tiempo es un emisor de ondas que regresan a él.
Como radiestesistas nuestra actitud de vida debe incluir tener una buena salud, es decir procurar un organismo energéticamente armónico para poder entrar en resonancia con la energía universal:
Mantener nuestro cuerpo saludable con una alimentación adecuada (si la idea es entrar en resonancia con nuestro entorno debemos incluir frutas, tomar agua…); actividad física (importante liberarnos de las toxinas, escuchar nuestras necesidades); la respiración ( estableciendo una correcta relación con el todo, llevando un estilo de vida congruente). Cuidar nuestros intercambios energéticos «dime con quien andas y te diré quien eres»: en todas nuestras relaciones, aunque a veces pase desapercibido, nos elegimos y nos atraemos. Debemos tener cuidado con las deudas energéticas, los parásitos… Por lo tanto debemos «higienizar» nuestro cuerpo energético.
Prestar atención a la información que recibimos y procesamos. Mantener una coherencia entre la información que necesitamos y la que realmente buscamos. Ejemplo: no recibir, no procesar, no almacenar «todo aquello que nos deje en estado de insatisfacción, con sensación de vacío interno». Cuidar nuestros pensamientos; meditación/oración para ponernos en contacto con nuestro Yo profundo o Ser Espiritual; para llegar a un lugar dentro de nosotros lleno de paz, silencio, pertenencia y estabilidad.
Es por esto que mi opinión y por mi experiencia, practicar radiestesia no es tan simple como tomar un péndulo, hacer una pregunta y esperar a que responda si/no. Cito una frase del abate Bouly «Vivimos en medio de un océano de radiaciones no percibidas por nosotros; solo nos queda el ingenio para captar los efluvios invisibles que emanan de cada cosa, constituyéndonos nosotros mismos en los receptores»
Como radiestesistas debemos ser respetuosos al usar un péndulo. El péndulo no es nada sin el radiestesista. No debemos usarlo de manera frívola, debemos utilizarlo para buenos propósitos. Muchas personas piensan que el péndulo es para jugar y no se dan cuenta de lo ilimitado que se puede realizar con él cuando se usa adecuadamente. Así que para ser RADIESTESISTA se necesita una formación y práctica adecuada.